Recuerdo cuando aprendí
a atarme las lazadas de los zapatos.
También me gustaba hacer hogueras
con las hojas caídas
de los árboles en otoño.
Después, me vistieron de futuro
me pintaron la fachada
me enseñaron a andar por la derecha
me explicaron para que servían
los bordillos y las aceras
recuerdos que me
hacen pensar
que la libertad, es la sensación de sentir de cerca
en el mismo memento
y no de proyectar la vida siempre en el futuro
como compensación del miedo a la libertad
hoy rodeado de bordillos
aún no sé para qué sirven las aceras. -ANTONIO CURIEL-
Todos los derechos reservados Fotografia Begoña Sánchez ©